¿Qué SSD para qué uso?

Escrito por charon
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Este artículo es una traducción automática

Las soluciones de almacenamiento han avanzado mucho en los últimos años, y las SSD son ahora la referencia en términos de durabilidad y rendimiento, pero cada SSD tiene su propia área de especialización.

Admitámoslo, las SSD son ahora la solución de almacenamiento por defecto en el mundo del PC, al menos para alojar el sistema operativo. Los precios han bajado drásticamente en los últimos años y el rendimiento va en aumento, por lo que las unidades SSD se están convirtiendo en prácticamente obligatorias para el almacenamiento del sistema operativo, ya sea Windows, Linux o macOS...

Para el almacenamiento masivo, el HDD (disco duro) tradicional sigue siendo la opción preferida porque su precio por GB es mucho más atractivo que el de las SSD, en detrimento de unas tasas de transferencia más lentas.

¿Cuáles son las ventajas de las SSD?

A diferencia de los discos duros tradicionales, las SSD no tienen piezas mecánicas ni móviles, por lo que no sólo son más resistentes, sino también más rápidas a la hora de acceder a los datos (latencia de 100 µs frente a los aproximadamente 10 a 20 ms de un disco duro convencional). Suelen consumir menos energía y no hacen ruido durante su funcionamiento.

Menos propenso a las averías, la pérdida de datos también es menos frecuente. Y en cuanto a la durabilidad: aunque los estudios iniciales sugerían una vida útil más corta que la de un disco duro, en realidad ocurre lo contrario y la vida útil supera a menudo de 2 a 3 veces la declarada por los fabricantes.

Algunas SSD, sobre todo las PCIe, ofrecen velocidades de transferencia excepcionales: hasta 14.500 MB/s para las Gen5.

¿Cuáles son los distintos tipos de SSD?

Existen dos grandes familias de unidades SSD:

  • Las SSD SATA, que se presentan en el formato tradicional de 2,5 pulgadas. En esencia, adoptan la forma de los discos duros para portátiles. Son finas y ligeras, por lo que pueden sustituir de forma natural a los discos duros de 2,5 pulgadas sin ninguna modificación previa.
  • La SSD NVme: esta es la versión más moderna y de mayor rendimiento. Se presenta en forma de una pequeña tarjeta con componentes en 1 o 2 lados, y se conecta a una ranura PCIe. Están disponibles en 3 tamaños diferentes y son compatibles con distintas generaciones de PCIe, por lo que hay que tener cuidado con la compatibilidad (sobre todo en cuanto al tamaño). También son los modelos más potentes.

Además, estas dos familias a veces vienen en versiones portátiles con conectividad USB.
Ahora también hay unidades SSD mSATA, que son más delgadas que las unidades SATA estándar, adecuadas para portátiles ultradelgados.

Memoria flash para cada SSD

Dentro de las propias unidades SSD, existen varios tipos de memoria flash, que por sí solos definen el sentido de uso de las unidades, y ahí es donde radica la diferencia.

Existen 4 tipos de módulos de memoria flash

  • SLC (1 bit) dedicada al uso profesional
  • MLC (2 bits) dedicada al uso cotidiano y los juegos
  • TLC (3 bits) para uso cotidiano
  • QLC (4 bits) dedicada al almacenamiento de alta capacidad

¿Qué usos?

El almacenamiento SSD reduce los tiempos de acceso a los datos y acelera la carga, transferencia y gestión de archivos.

Naturalmente, es cuando se ejecutan aplicaciones pesadas cuando las unidades SSD son realmente útiles, pero de forma más general, mejoran los tiempos de carga, permitiendo que los sistemas arranquen más rápidamente y que las aplicaciones se inicien casi instantáneamente.

Los jugadores apreciarán la reducción de los tiempos de carga, pero no es necesario apostar por las SSD M2 en PCIe Gen5 para ganar en FPS, ya que las SSD no tienen ningún impacto en este sentido. Lo cierto es que la aceleración de los tiempos de carga mejorará la fluidez en mundos abiertos y la carga de texturas en universos muy densos. Los juegos más exigentes recomiendan el uso de un SSD para obtener las mejores condiciones de juego.

Las unidades SSD más rápidas y de mayor rendimiento deberían destinarse a usos más intensivos, como el diseño 3D o de vídeo. En el procesamiento y renderizado de vídeo, el ahorro de tiempo puede dividirse por 3 en función del escenario.

Por último, a menos que se quiera gestionar un centro de datos, no es necesario invertir en unidades SSD de gran capacidad, ya que su principal ventaja es la velocidad de acceso a los datos.

En cualquier caso, sustituir un disco duro tradicional por una unidad SSD puede dar una nueva vida a un ordenador portátil o de sobremesa, con una experiencia de usuario mucho más fluida y agradable.