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Intel "no se vende": un nuevo enfoque rechazado por la dirección
Una nueva oferta de adquisición del grupo Intel y otra negativa categórica del consejo de administración.
En el centro de una agitación como nunca había vivido la empresa desde su fundación en 1969, Intel lleva varios meses con una mala noticia tras otra... por no decir años. Hace unas semanas, la publicación de sus resultados financieros correspondientes al segundo trimestre fiscal 2023/2024 confirmó las dificultades a las que se enfrenta el grupo estadounidense, que registró una fuerte caída de las ventas y, lo que es más grave, pérdidas, a pesar de su costumbre de presentar a los inversores un panorama idílico. El castigo fue inmediato, con una notable caída de la cotización de sus acciones. En respuesta, Intel anunció inmediatamente un vasto plan de despidos -el mayor de su historia- con el objetivo clave de suprimir más de 15.000 puestos de trabajo de aquí a finales de 2024.
Sin embargo, reducir la plantilla y los costes inherentes fue solo una parte de la solución planteada por Pat Gelsinger y su equipo, ya que a raíz de esto se anunció un plan de rescate que incluía la venta de Altea, empresa comprada en 2015 por la módica cantidad de 16.700 millones de dólares. Por último, el consejo de administración de la compañía anunció la reorganización de Intel Foundry, su división de fundición, en gran medida deficitaria, en una entidad independiente, aunque sigue formando parte del grupo. Todas las miradas están puestas en Intel Foundry porque, si se elimina este departamento de la ecuación, los resultados del grupo Intel distan mucho de ser malos.
De hecho, no es sorprendente ver que algunas de las empresas interesadas en hacerse con Intel están dejando de lado Intel Foundry. Hace unos días no disponíamos de este tipo de información sobre la oferta de Qualcomm. Sin embargo, la propuesta realizada por ARM la semana pasada mencionaba claramente Intel Foundry. Según informa Bloomberg, la oferta en cuestión se centraba únicamente en las actividades de investigación y desarrollo de Intel. La empresa británica ARM había especificado que no estaba interesada en el segmento de producción de Intel, ya que estaba acostumbrada a que sus chips fueran producidos por la empresa taiwanesa TSMC.
Dicho esto, con o sin Intel Foundry, la respuesta de Intel parece que será la misma, y está claro que Pat Gelsinger no tiene intención de vender la empresa de la que sigue siendo CEO. El tiempo dirá, por supuesto, si el mundo financiero le da el tiempo que necesita, pero el CEO tiene la intención de llevar a cabo su plan de rescate y volver a encarrilar Intel.