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Dejar la elección entre DDR4 y DDR5: no es una idea idiota, pero hay que perfeccionarla.
La nueva generación de memoria RAM DDR5 supone un importante coste adicional al cambiar de configuración.
Desde hace casi tres años, vivimos un periodo de transición en la memoria RAM. La llegada de las sucesivas generaciones de procesadores Alder Lake de Intel y Zen 4 de AMD aceleró el fin de la memoria DDR4, que poco a poco está siendo sustituida por la DDR5. El problema es que, si bien esta nueva generación garantiza tasas de transferencia de datos muy superiores, también conlleva un importante sobrecoste, incluso más de dos años después de su introducción. Los volúmenes de DDR4 siguen siendo muy superiores, y las cadenas de montaje de los chips DDR4 son mucho más asequibles y hace tiempo que se amortizaron.
De hecho, para muchos usuarios, comprar un nuevo PC es mucho más caro debido a esa molesta DDR5. Sin embargo, mientras que los procesadores Zen 4 de AMD hacen el cambio, los procesadores Alder Lake (12ª generación), Raptor Lake (13ª generación) y Raptor Lake Refresh (14ª generación) de Intel no tienen por qué hacerlo. Estos chips son perfectamente capaces de gestionar DDR4, lo que reduce automáticamente el coste de una plataforma de este tipo. La marca china Onda ha encontrado una solución para una transición "suave" de DDR4 a DDR5. Por desgracia, la solución dista mucho de ser perfecta.
Sobre el papel, las cosas pintaban bien: la placa base Onda H610M+ está diseñada en torno al chipset H610M de Intel, un componente conocido por su bajo precio. También dispone de un zócalo LGA1700 compatible con los procesadores Intel de 12ª generación, es decir, los modelos Alder Lake, y tiene ranuras de memoria diseñadas para alojar tanto DDR4 como DDR5. Por desgracia, las buenas noticias terminan ahí, porque Onda tiene los pies metidos en la alfombra de las especificaciones. Tanto con DDR4 como con DDR5, sólo disponemos de una única ranura de memoria. Como resultado, tenemos que olvidarnos del funcionamiento en doble canal, la piedra angular de ambas generaciones de DDR. Sin el funcionamiento en doble canal, se puede perder al menos entre un 10 y un 15% de rendimiento, a pesar de que el chipset H610M ya no es un rayo de guerra.
Lo que es aún más molesto es que una placa base de este tipo debería verse como una solución evolutiva sin problemas, que te permitiera cambiar de generación de procesador conservando tu vieja DDR4 y, más adelante, cambiar esta DDR4 por DDR5. El problema es que en las máquinas de gama básica, a menudo se dispone de dos barras de 8 GB para un total de 16 GB de DDR4. Cambiar a la tarjeta Onda H610M+ manteniendo tu DDR4 significaría perder la mitad de tu RAM... no es exactamente un paso adelante. Y lo mismo ocurre con el cambio a DDR5, ya que sólo hay una ranura disponible. Por último, Onda ni siquiera puede contar con el bajo coste de su placa base para destacar: a unos 160 € en AliExpress, es más del doble de cara que las placas base H610M de la competencia, y eso sin mencionar los gastos de envío y los posibles aranceles aduaneros.
Es una pena, Onda tenía una gran baza que jugar, pero su H610M+ habría necesitado incluir al menos dos ranuras DDR4 y dos ranuras DDR5 para ser interesante.